do ÂściÂągnięcia > pobieranie > ebook > pdf > download

[ Pobierz całość w formacie PDF ]
.Estaba en mi clase de aritmética y álgebra, y era muy mal estudiante.Además, como era de una familia errante al estilo de aves migratorias, tenía un carácter mucho más malvado y sofisticado que los paletos sedentarios nacidos en este lugar.Le pregunté a Camisarroja por la razón de su invitación.Sacó su pipa de ámbar, y mientras daba unas caladas a un tabaco apestoso, me dijo:—Desde que viniste a nuestra escuela, los estudiantes están mucho más contentos que antes, cuando era tu predecesor quien les daba clase.El director está muy satisfecho con que hayas resultado ser un profesor tan bueno.Es más, todos estamos muy contentos contigo, y esperamos que siga siendo así.—¡Vaya! —le respondí—.La verdad es que hago todo lo que puedo.No sé qué más se podría hacer…—Está bien así.Sólo espero que no olvides lo que te dije el otro día…—¿El qué? ¿Que quien me ayudó a encontrar una pensión es un tipo de mucho cuidado?—Bueno, dicho así, demasiado a las claras, lo que te dije toma otro sentido… En cualquier caso… Creo que entiendes lo que quise decirte… De todos modos, si sigues trabajando con el mismo ahínco y contribuyendo a que las cosas de la escuela continúen como hasta ahora, tu trabajo será muy bien considerado, y muy pronto, en cuanto contemos con los recursos, creo que podremos darte una ayuda económica…—¡Ah! ¿Una subida de sueldo? La verdad es que no me quita el sueño, pero seguro que me vendrá bien.¡Cuánto más alto el sueldo, mejor!—Es que, ya sabes, uno de nuestros profesores va a ser destinado muy pronto a otro lugar… Todavía tengo que hablar con el director, y por supuesto no puedo asegurarte nada, pero seguramente podremos destinar parte de lo que nos ahorremos a otros menesteres.En todo caso, todavía tengo que hablar con el director para hacerle algunas recomendaciones…—Muchas gracias.¿Y puede decirme quién nos deja?—Como se va a hacer oficial dentro de poco, creo que te lo puedo decir ya… Se trata del profesor Koga.—¿Cómo? —exclamé yo, dándome cuenta de que se refería nada menos que al Calabaza—.¿El señor Koga? ¡Pero si es de aquí!—Naturalmente que es de aquí, pero en parte por las circunstancias, en parte por su propia elección…—¿Y se puede saber adónde se va?—A Nobeoka, en el país de Hyuga[34].Como es un lugar tan apartado recibirá un aumento de sueldo…—¿Y se contratará a alguien para ocupar su puesto?—Casi está decidido.Dependiendo de cómo vaya el asunto de su sucesor, creo que podremos hacer algo por ti.—Bueno… Pero la verdad es que no me muero por un ascenso.—De todas formas hablaré con el director.Creo que estará de acuerdo conmigo.Aunque quizá te pidamos a cambio un mayor esfuerzo por tu parte.Espero que no te parezca mal.—¿Que dé más clases?—No, de hecho tendrías que dar menos clases que ahora.Es…—O sea, que tendré que trabajar más, pero con menos clases… ¡Qué raro!—Sí, tienes razón, puede parecer extraño… Ahora no tengo tiempo para explicarte los detalles, pero en pocas palabras, lo que quiero decir es que es posible que tengas una mayor responsabilidad a partir de ahora.No entendía una palabra.«Una mayor responsabilidad a partir de ahora» podría significar varias cosas, entre ellas que pasaría a ser el profesor encargado del área de ciencias; pero el Puercoespín ya ocupaba ese puesto y no parecía probable que quisiera dejarlo.Además, como era muy popular entre los estudiantes, no sería inteligente destinarlo a otro lugar u obligarle a dejar su puesto.Camisarroja evitaba en todo momento hablar abiertamente, pero al menos ya me había dicho todo lo que tenía que decirme.Mientras hablábamos de otros asuntos sin importancia sacó el tema de la fiesta de despedida del Calabaza.Me preguntó si yo bebía alcohol e hizo un comentario sobre la excelente persona que era el profesor Koga.Después cambió de tema y me preguntó si yo escribía haikus.Su pregunta me dejó perplejo.Le dije que no, y dicho esto me despedí y salí a toda prisa.Los haikus no son para gente como yo, son para maestros como Bashö[35], o para peluqueros cursis.No sería muy propio de un profesor de matemáticas ocupar su tiempo escribiendo versos sobre un cubo y unas campanillas[36].Al llegar a casa medité sobre lo que me acababa de decir Camisarroja.Este mundo está lleno de gente extraña.Podía comprender que el Calabaza se hubiera cansado de la gente absurda que le rodeaba en aquella ciudad, pero aun así me extrañaba que dejara su casa, su familia y su trabajo en la escuela para tener que labrarse un futuro en un lugar extraño y lejano.Si lo hubiera hecho para ir a una gran urbe, bien comunicada por ferrocarril, su decisión no me habría extrañado tanto.Pero ir a Nobeoka, en el país de Hyuga… A mí me había bastado un mes en aquel pueblucho para hartarme, y eso que al menos estaba bien comunicado por mar con Tokio.Nobeoka, sin embargo, estaba enclavado en una zona montañosa remota, rodeada a su vez de montañas por los cuatro costados, a cuyo alrededor había más montañas aún.Según me había dicho Camisarroja, para llegar hasta allí primero había que coger un barco, luego hacer un viaje de un día a caballo hasta Miyazaki, tras lo cual quedaba todavía un día más de viaje en rickshaw hasta llegar a Nobeoka.Con sólo oír la lista de pueblos por los que había que pasar, uno se daba cuenta de que en realidad se trataba de un lugar tan lejano como falto de recursos.Nobeoka sonaba como esos lugares habitados por seres mitad hombres, mitad monos.Y por muy santo varón que fuera el Calabaza, no creía que quisiera vivir en compañía de monos por su propia voluntad.Aunque si fuera verdad lo que decía Camisarroja, ¡qué inclinación más rara la del Calabaza!La casera me trajo la cena como siempre.—¿Otra vez batatas? —le pregunté.—No, hoy tenemos tofu —me dijo.Tampoco es que hubiera mucha diferencia.—He oído que el señor Koga se marcha a Hyuga.—Sí, pobrecillo.—¿Pobrecillo? Si es su decisión…—¿Su decisión? ¿Quién querría marcharse a esa ciudad remota?—¿Que quién querría marcharse allí? ¡Él mismo! Va por su cuenta y riesgo, ¿no?—¿Qué dice usted? Está equivocado de medio a medio.Me parece que le han tomado el pelo.—¿Que me han tomado el pelo? Me lo acaba de contar Camisarroja [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • klimatyzatory.htw.pl