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.Parecía que en algún momento alguien había intentado sacar el olor fétido y húmedo de la sala.– ¡Mierda! -dijo Bosch.Bajó la pistola y pasó junto a Rachel de nuevo en dirección al garaje.Ella lo siguió.Bosch negó con la cabeza y se frotó los ojos para intentar eliminar parte del escozor producido por los productos químicos.No lo entendía.¿Habían llegado demasiado tarde? ¿Habían seguido una pista equivocada?– Comprueba la furgoneta -dijo-.Mira si hay señal de la chica.Rachel cruzó por detrás de él hacia la furgoneta y Bosch fue a la puerta de peatones en busca de algún error en su razonamiento de que había alguien en el garaje.No podía haberse equivocado.Había un candado en la puerta, lo cual significaba que había sido cerrada por dentro.Se acercó a las puertas del garaje y se agachó para mirar los mecanismos de cierre.Acertaba de nuevo.Ambas tenían candados en los cierres interiores.Trató de desentrañarlo.Las tres puertas habían sido cerradas desde el interior.Eso significaba que o bien había alguien dentro del garaje o había un punto de salida que todavía no había identificado.Pero eso parecía imposible.El garaje estaba excavado directamente en la ladera del terraplén.No había posibilidad de una salida posterior.Estaba comprobando el techo, preguntándose si era posible que hubiera un pasadizo que condujera a la casa, cuando Rachel le llamó desde el interior de la furgoneta.– Hay un rollo de cinta aislante -dijo ella-.Hay trozos usados en el suelo con pelo.El dato disparó la convicción de Bosch de que estaban en el lugar adecuado.Se acercó a la puerta lateral abierta de la furgoneta.Miró en el interior mientras sacaba el teléfono.Se fijó en el ascensor de silla de ruedas en la furgoneta.– Pediré refuerzos y el equipo de Forense -dijo-.Se nos ha escapado.Tuvo que volver a encender el teléfono y mientras esperaba que se pusiera en marcha se dio cuenta de algo.El ventilador de pie de la sala de atrás no estaba orientado hacia la puerta del garaje.Si quieres airear una estancia, orientas el ventilador hacia la puerta.El teléfono zumbó en su mano y le distrajo.Miró la pantalla.Decía que tenía un mensaje en espera.Pulsó el botón para verificarlo y vio que acababa de perderse una llamada de Jerry Edgar.La atendería después.Pulsó el número de la central de comunicaciones y pidió al operador que le conectara con la fuerza especial de búsqueda de Raynard Waits.Contestó un oficial que se identificó como Freeman.– Soy el detective Harry Bosch.Tengo…– ¡Harry! ¡Fuego!Era Rachel quien había gritado.El tiempo transcurrió en cámara lenta.En un segundo, Bosch la vio en el umbral de la furgoneta, con la mirada fija por encima del hombro de él hacia la parte de atrás del garaje.Sin pensárselo, saltó hacia Rachel, abrazándola y tirándola al suelo de la furgoneta en un placaje.Sonaron cuatro disparos detrás de él seguidos instantáneamente por el sonido de balas incrustándose en el metal y rompiendo cristal.Bosch rodó de debajo de Rachel y surgió pistola en mano.Atisbó a una figura que se agazapaba en la sala posterior de almacenamiento.Disparó seis tiros a través del umbral y los estantes de la pared de su derecha.– ¿Estás bien, Rachel?– Estoy bien.¿Te han herido?– ¡Creo que no! ¡Era él! ¡Waits!Hicieron una pausa y observaron la puerta de la sala de atrás.Nadie volvió a salir.– ¿Le has dado?-susurró Rachel.– No creo.– Pensaba que no había nadie en esa habitación.– Yo también lo pensaba.Bosch se levantó, manteniendo su atención en el umbral.Se fijó en que la luz del interior estaba ahora apagada.– Se me ha caído el teléfono -dijo-.Pide refuerzos.Empezó a avanzar hacia la puerta.– Harry, espera.Podría…– ¡Pide refuerzos! Y no te olvides de decirles que estoy aquí dentro.Se echó a su izquierda y se aproximó a la puerta desde un ángulo que le daría la visión más amplia del espacio interior.Sin embargo, sin la luz del techo, la habitación estaba poblada de sombras y no vio ningún movimiento.Empezó a dar pequeños pasos pisando primero con su pie derecho y manteniendo una posición de disparo.Detrás de él oyó a Rachel al teléfono identificándose y pidiendo que le pasaran con el Departamento de Policía de Los Angeles.Bosch llegó al umbral e hizo un movimiento de barrido con la pistola para cubrir la parte de la habitación sobre la cual no disponía de ángulo.Entró y se pegó a la pared de la derecha.No había movimiento ni rastro de Waits.El cuarto estaba vacío.Miró el ventilador y confirmó su error.Estaba orientado hacia la bandera que colgaba en la pared de atrás.No se utilizaba para sacar aire húmedo.El ventilador se había usado para introducir aire.Bosch dio dos pasos hacia la bandera.Se estiró hacia delante, la agarró por el borde y tiró hacia abajo.En la pared, a un metro del suelo, vio la entrada a un túnel.Habían retirado una docena de bloques de cemento para crear una abertura cuadrada de un metro veinte de lado.La excavación en la ladera continuaba desde allí.Bosch se agachó para mirar por la abertura desde la seguridad del lado derecho.El túnel era profundo y oscuro, pero vio un destello de luz diez metros más adelante.Se dio cuenta de que el pasadizo se doblaba y que había una fuente de luz al otro lado de la curva [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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